Ciertos antecedentes históricos cuentan que, en el siglo XIX, en los primeros casinos de Francia, se jugaba al “Vingt et Un” (“veintiuno” en español), juego en el cual las partidas eran bastante similares al blackjack. La popularidad de este entretenimiento fue cada vez mayor y fue así como los inmigrantes franceses del siglo XIX introdujeron este juego en los EE.UU. específicamente en los estados de Luisiana y Nueva Orleans, con el nombre de “Vingt et Un”.
En el año 1613, el dramaturgo español Miguel de Cervantes publicó una novela llamada “Rinconete y Cortadillo” en la cual hizo referencia sobre un juego llamado “veintiuno”. Escribió con detalle sobre un juego cuyo objetivo era no superar los 21 puntos y en el que el As valía 1 y 11 puntos. Se deduce, de esta forma, que ya se jugaba al blackjack en Castilla, pero que fueron los franceses quienes lo popularizaron mundialmente.