El caso de Scaloni es muy singular en el mundo del fútbol: dirige a una de las selecciones más importantes sin tener experiencia previa en un cargo similar. Su andadura como entrenador comenzó justamente en la selección argentina, pero como analista de rivales en el Mundial 2018 con Jorge Sampaoli, quien era entonces el entrenador.
Luego tomó el cargo de director técnico de la Sub-20 y, a fines de 2018, asumió como interino de la absoluta, cargo en el que fue confirmado antes de la Copa América 2019.
Un tercer lugar en esa competición más una buena relación con los jugadores le fue suficiente para consolidarse y comenzar definitivamente su era.
Y en ese proceso Scaloni ha demostrado ser un entrenador solvente, con una idea de juego clara. Como principal característica, se puede señalar que la Argentina busca tenencia de pelota y control de balón para construir espacios.
Todo comienza en la salida del balón: un mediocentro se mete entre los centrales para buscar una salida limpia y generar espacios ante la presión del rival. Normalmente la salida es con los laterales, pero puede también volcarla hacia el centro, dependiendo de cómo se dé esa presión.
En fase defensiva, Scaloni ha optado por una presión alta y agresiva cuando pierde la pelota, siempre en campo contrario. En el trabajo de equilibrio siempre cuenta con dos mediocampistas, que permiten y hacen funcionar la presión alta y ejecutan las transiciones en los contragolpes.
En ofensiva, en tanto, se destaca el trabajo de Lautaro Martínez y Lionel Messi, dos de los preferidos del entrenador. Cada uno cumple con lo suyo: Martínez rompe líneas y fija centrales, mientras que Messi tiene libertad de acción, baja en el campo y construye juego para llegar a culminar las jugadas.